El concepto de vida pausada en el campo, es la base de inspiración que la interiorista Laura Cabré se ha basado para el desarrollo de esta casa situada en el sur, en Vejer de la Frontera.

La ha concebido para facilitar el slow life donde la comunicación las reuniones, la calma y la naturaleza del campo sean su insignia, por lo que ha creado una distribución de espacios diáfanos, uniendo el interior con el exterior en una sola planta.

Ha diseñado grandes ventanales que permiten la entrada de luz natural y al mismo tiempo facilitan la ventilación con el aire de levante.

La gran zona central de la casa se ha planteado con una cocina abierta que favorece la conexión, quedando el comedor y sala de estar integrados, y teniendo como elemento de unión una gran isla central donde se cocina y al mismo tiempo se propician las mejores conversaciones.

En cada uno de los espacios predominan los colores neutros, ha decidido utilizar la madera como elemento destacado en todos los ambientes de la casa y los tejidos naturales, propiciando un lenguaje con la naturaleza.

Los baños amplios reflejan el sello minimalista y orgánico.

Al ser una casa vacacional para turistas todos los elementos constructivos son de altas calidades para garantizar una buena durabilidad, utilizando pavimentos y mobiliario de Porcelanosa.