El gran pastelero Joan Mas contacta con la interiorista Laura Cabré para realizar la reforma integral de un local en plena exiample para adaptarlo completamente al nuevo uso. Siendo el tercer punto de venta en su plan de expansión de marca.

Nuestra intervención ya empieza ayudando al propietario en su plan estratégico de marca, y la interiorista Laura Cabré aborda un proyecto integral desde la integración de una nueva imagen corporativa, un nuevo packaging y el proyecto de interiorismo.

El objetivo es crear un entorno donde los clientes puedan acceder no solo al punto de venta, sino que además dispongan de un espacio donde sentarse cómodamente y degustar tanto un delicioso desayuno recién hecho, como la fórmula de menú del mediodía con delicados y escogidos productos de temporada, así como sus maravillosos pasteles.

Teniendo en consideración las diferentes necesidades funcionales y vivenciales, la interiorista proyecta un espacio donde ya desde la propia entrada se visualiza un interior con entorno versátil y dinámico. Logrando captar la atención de los transeúntes, ya que rápidamente se percibe un local que respira aires parisinos con pinceladas de estilo nórdico.

El mostrador de la entrada se realiza a medida, con madera lacada en tono beige y ornamentaciones de estilo clásico, incorpora una cristalera integra sin particiones para facilitar la visión de producto, este lleva una nevera integrada para la conservación y exposición de los productos estrella, los pasteles.

A continuación del mismo mostrador, se establece el punto de cobro, este queda instalado al lado del siguiente mostrador, Desde este punto se puede atender y visualizar ambos mostradores lo que permite al trabajador tener un control de la situación para ofrecer el mejor servicio.

El mostrador contiguo ofrece otra gama de productos como bollería, productos salados etc. es aquí donde se inicia una nueva zona donde los clientes ya tienen acceso no solo a la compra de producto, sino que visualizan una zona donde se presenta el menú diario y detrás del mostrador se instala la maquinaria para realizar café. Y ya desde este punto se demarca el inicio de una zona habilitada para acomodarse y degustar los productos.

La tonalidad de este segundo mostrador también es beige para seguir la misma continuidad cromática, pero en esta ocasión la interiorista diseña un mostrador de piedra natural beige con textura rugosa e introduce de forma muy sutil y suave un toque de estilo nórdico, crea un lenguaje de estilos donde se combina lo clásico con aires nórdicos.

El suelo de todo el local se pavimenta con porcelánico de lamas que simulan la madera para ofrecer un entorno más cálido.

Se diseñan una estantería de hierro con estantes de madera lacada beige otro elemento de estilo nórdico para la exposición de producto.

Siguiendo el recorrido natural de paso, los clientes encuentran ya una zona donde poder degustar, desayunar o comer, formada por una zona de taburetes altos con dos mesas altas, y a continuación hasta el final mesas.

El final del local se vuelve abrir y en esta zona hemos instalado una gran mesa de madera rústica, donde de nuevo no solo se respira un estilo más nórdico, sino que además se aplica el concepto de compartir esta gran mesa entre comensales. Aportando frescura y dinamismo.

Y por último se facilita el acceso al baño a través de una puerta corredera.

La interiorista apuesta por colores neutros y atemporales como el verde musgo en algunas paredes, el beige en los muebles, y el blanco para transmitir serenidad, un minimalismo sinuoso

La fachada exterior se rotula con el nuevo logo retro iluminado, debajo hay dos escaparates esquineros que invitan a detenerse para ver las creatividades tan sabrosas expuestas.