Se parte con la idea inicial de reformar toda la vivienda, así como incluir la iluminación y la domótica. Con el objetivo de aportar confort en su totalidad añadiendo el control lumínico, climático y motorización de persianas. Y concluir con la decoración de la casa.

Este proyecto está localizado en una planta baja de 110 m2 junto con una amplia terraza, y el propósito de la interiorista es revalorizar cada uno de sus espacios y generar ambientes visualmente más amplios y ordenados donde se prioriza la sencillez y la funcionalidad. Y al entrar se perciba un ambiente reconfortante y sereno.

Para ello se apuesta por una gama cromática en tonalidades beige tonos tierra y naturales. La madera va a ser la clave en los interiores, acompañada de otros materiales orgánicos como el lino, el algodón… espacios despejados con pocas piezas, pero bien escogidas, piezas de cerámica con diseños sencillos y de belleza temporal, junto con un mobiliario en madera de formas redondeas que aportan un suave dinamismo.